No tienes que saberlo todo antes de llegar.
Ni cómo será el clima exacto, ni cuántas veces correrán los niños, ni si vas a querer quedarte más tiempo del planeado (aunque eso suele pasar).
Pero hay algo que sí puedes saber: venir a PAREPA no es como cualquier otro plan.
Y cuando es la primera vez, todo sorprende un poco más.
El espacio, el ritmo, la forma en la que los adultos también respiran. La libertad de explorar sin prisa, la seguridad de soltar sin miedo.

Por eso, antes de venir, solo necesitas esto:
saber que aquí no hay presión por hacer todo.
Ni horarios rígidos, ni guiones marcados.

Puedes traer tu comida, o descubrir que prefieres comprarla.
Puedes planear una actividad, o dejarte llevar por las que surgen.
Puedes venir con un plan completo o con ganas de ver qué pasa.
Y todo está bien.
Hay baños, hay sombra, hay espacio.
Hay guías que te ayudan sin interrumpir, y otros niños que juegan sin preguntar nombres.
Hay momentos tranquilos y risas que se contagian.

Así que, si es tu primera vez, lo único que necesitas es venir con mente abierta y ropa cómoda.
Lo demás, lo pone el lugar.
Y sí, probablemente vas a querer volver.